jueves, 4 de noviembre de 2010

Exposición "Psiquiatría, ¿salud o muerte en vida?"

A:         -FUNDACIÓN ESPAÑOLA DE PSIQUIATRIA Y SALUD MENTAL

CC:       -COMISION CIUDADANA DE DERECHOS HUMANOS DE ESPAÑA
-MINISTERIO DEL INTERIOR DEL GOBIERNO DE ESPAÑA


Buenas tardes, me permito enviarles estas palabras con la esperanza de que su Fundación pueda, quiera y espero, consiga hacer algo en relación a un acto que considero tremendamente peligroso.

Pueden mis términos sorprenderles e incluso atraer su atención. No es para menos.

He aprovechado la tarde otoñal y soleada madrileña de hoy para dar un paseo por la zona de Goya. Y me encontré con un pequeño local que acogía una extraña exposición “internacional e itinerante” titulada: “Psiquiatría, ¿salud o muerte en vida?”

Curiosos título, pensé. Y entré.

Como bien dice mi abuela; “¡Dios mío del amor hermoso!” ¡Con qué locura me encontré! Nada más que con una serie de 14 vídeo-“documentales” de diez minutos cada uno sobre la más tremenda e inmunda escoria que la humanidad haya conseguido crear:¡la tenebrosa ciencia médica llamada “Psiquiatría”!

Tremendo.

Lo que sentí fue sorpresa al principio (“Las ideologías racistas de la psiquiatría continúan encendiendo el fuego del racismo internacional hoy en día”), de ahí que, lógicamente, se sobre-impresionaran viejas imágenes de archivo de esclavos negros del siglo XVIII y XIX siendo fustigados por blancos (o sea psiquiatras).

Más tarde sentí escalofríos (“Los psiquiatras y el genocidio; teorías psiquiátricas inspiran los planes de exterminio de Hitler, según cuenta en su libro Mein Kampf“), mientras la gente, horrorizada –y probablemente confiada– contemplaba cómo unos hombres abrían las puertas de unos enormes hornos en pleno proceso crematorio, grácilmente mostradas por los organizadores de esta pantomima, esto es, de la Comisión Ciudadana de Derechos Humanos de España (si quieren experimentar: www.ccdh.es) O mejor dicho, de la institución internacional Citizens Commission for Human Rights (www.cchr.org) O dicho de otro modo, de los simples apéndices de la Iglesia de la Cienciología (ahí va, haya ustedes www.scientologyreligion.org)

Tremendo.

Pero no acaba aquí la cosa. Daré más titulares para el camino:

“El vínculo entre la psiquiatría y el Apartheid”, “Los atentados terroristas de las Torres Gemelas; ¿qué clase de mente ejecuta un asesinato masivo? Las mentes terroristas se instruyen psicológicamente. Jugadores claves escondidos en el aumento del terrorismo; los psiquiatras”.

Y ustedes se preguntarán, ¿qué beneficio consigue esta iglesia? Económico, créanme. Basta con ver las propinas que deja la gente al salir (“Precio de la entrada: la voluntad”) o los innumerables DVD’s a la venta de “documentales” sobra los oscuros planes de los psiquiatras. Algo cuanto menos curioso para una comisión sin ánimo lucrativo. Curioso para una comisión respaldada por el Ministerio del Interior (señor Rubalcaba, por favor, échele un vistazo, merece la pena).

Pero, veamos en qué consiste esto de pertenecer a la Iglesia de la Cienciología.
"A civilization without insanity, without criminals and without war, where the able can prosper and honest beings can have rights, and where man is free to rise to greater heights."

Este es el texto que se puede leer en su página web, que más o menos dice así: “(Por) una civilización sin  enfermedades, sin crímenes, sin guerras, en la que prosperemos, donde los honestos tengan sus derechos y donde el Hombre se eleve hasta alcanzar su grandeza.”

Me salió un poco pomposo, pero creo que no me alejo mucho del sentido original.

Bien, a partir de ahí es simple entender que un mundo “sin enfermedades, sin crímenes ni guerras” es lo que desea cualquier Miss en su discurso final de un concurso de belleza, pero evidentemente, dista mucho de la realidad. Y ese es el tema; la realidad. Uno no puede dejarse engañar con semejantes idioteces. No digo que los psiquiatras no hayan cometido (grandes) errores a lo largo de sus estudios y experimentos. Y por supuesto que varios (muchos, quizá) hayan actuado con total ignorancia, impunidad y sadismo… yo qué sé.

Pero lo que sí sé, de lo que sí estoy totalmente convencido, es de que cada oportunista sabe cómo enredar y joder al personal. Y lo que es peor; hace falta inteligencia, eficacia, osadía, sí, aunque sobre todo dedicación para organizar todo esto.

Pues para jugar al mismo juego, propongo –y aunque suene mal– comparar a los organizadores de la exposición, esto es, los “manda más” de la Comisión Ciudadana de Derechos Humanos de España, a los propios sujetos que tan bien describen; los terroristas.

Son ustedes unos terroristas.

Y me apoyo en una simple frase que con gran facilidad saben repetir: “todo se basa en suposiciones, sin base científica alguna”.

He ahí un poco de tu propia medicina. A ver qué tal sienta.

Atentamente.

Maxwell Knight

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